03 julio 2006

Los saldos y retos que dejó el domingo


Quizá las del domingo hayan sido las elecciones mejor organizadas de la historia de México, con una enorme participación del electorado, pero sin duda también han sido las más competidas. Esto me produce sentimientos encontrados. Siento en la boca un sabor agridulce.

Por un lado, hay que destacar lo que ya se ha dicho hasta la saciedad: la participación de la sociedad, que venció estrepitosamente al abstencionismo. De acuerdo con recientes reportes del Instituto Federal Electoral (IFE), votó el 58.9% de los empadronados. Lo que quiere decir que hay una gran disposición de la sociedad por participar en la vida pública del país. Se trató de una jornada ejemplar que no tuvo mayores incidentes y que sentó varios precedentes.

Sin embargo, como dijeran los clásicos Calderón y López Obrador, lo aparentemente cerrado de la contienda ha provocado un escenario poco deseable: dos autoproclamados ganadores, y una espera que será larga, muy larga. Los días, las horas, los minutos y los segundos que corran hasta que la autoridad electoral ratifique el triunfo de uno y la derrota de otro serán tensos. La nación jamás había vivido un momento así.

Y es que luego de que el IFE, en la voz de su presidente Ugalde, asegurara que no es posible adelantar resultado alguno, las cosas han empezado a ir de mal en peor. Tenemos un ambiente enrarecido, con llamados del PAN y de la Coalición por el Bien de Todos a que se les reconozca un triunfo que ellos consideran irreversible. En otras palabras, que si el resultado final no los favorece, impugnarán el proceso. Afortunadamente se cuenta con la mediación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que determinará en última instancia quién ganó y quién perdió.

No hay duda de que los candidatos recurrirán a la vía jurisdiccional, y ahí tendrían que acabar las cosas, con una resolución que no deje lugar a dudas. No obstante, los ánimos están encendidos y la confianza en las instituciones se debilita. Estamos ante un hecho inédito, del que deberemos sacar lecciones, y que, a la fecha, ya deja algunos saldos.

El primero es el esbozo de un sistema político bipartidista para el país. Con la caída del PRI a una tercera posición en el Congreso, y el pequeño margen de distancia entre las dos principales fuerzas políticas, parece que avanzamos hacia una polarización social. Izquierda o derecha ¿ese será el dilema para los próximos años?

Otra consecuencia, que seguramente ya ha sido valorada por los principales contendientes, es que, esa nueva correlación de fuerzas en el legislativo, tendrá repercusiones sobre las que vale la pena detenerse. A diferencia de la legislatura actual, es probable que no haya parálisis en el Congreso, sino que la oposición concrete una alianza para sacar adelante reformas que no necesariamente sean compartidas por quien gobierne. En ese sentido, el Revolucionario Institucional será el partido comodín y aprovechará su papel, eso es seguro.

Mientras adelantamos estas conclusiones, la madre de todas las batallas está en curso. Por eso bien vale hacer un llamado a la sociedad a que se llene de paciencia y espere los resultados oficiales. Y que, dado el caso, apueste por la vía jurídica para la resolución de los conflictos. Si es preciso, voto por voto, que se hagan los recuentos que sean necesarios. La sociedad lo merece. Tampoco las autoridades electorales, que han sido constituidas tras varios años de lucha, podrían escatimar recursos o esfuerzos en esa tarea.


El país ha cambiado desde 1988. Las elecciones del domingo son una muestra de ello. Hoy contamos con un andamiaje institucional diseñado para dar certidumbre al los procesos. Estamos, literalmente, ante la prueba de fuego para la democracia electoral mexicana. ¿La superaremos? Esperemos que si.

2 comentarios:

oliverato dijo...

ojala que si se supera, El problema de todos es que quieren tener esclusividad y nadie quiere incluir a nadie.

jaja, no sabía que un 8% más de la mitad había ido a votar, creí que eran más. ya que se resuelva, porfavor dios!!!!

ya quiero ver ese nuevo mundo del que hablan las profecias mayas!!!

por otro lado ojala que nomas le esten haciendo al teatro y autocumplan la profecia, para que la historia de México, la cual dice el himno que ya esta escrita por el dedo de dios, se vea así toda chipocluda y mesianica.

Buenas Razones dijo...

Cuando escribí esta colaboración, lejos estaba de pensar, como dice la canción, que las irregularidades en la elección eran tantas que empezaban a configurar un escenario de fraude. Por ello estimo necesario rectificar. Hoy no pienso que sean las elecciones mejor organizadas de la historia de México; hay datos de una deficiente capacitación por parte del IFE y hasta hay quienes, con dudas razonables, ponen en tela de juicio el proceso de insaculación. Si no creo lo anterior, menos pienso que fuera una jornada "ejemplar" sin "mayores incidentes".
Sigo pensando que hay que armarse de paciencia para esperar la resolución del Tribunal Electoral, y que su presencia es importante, si es que se comporta a la altura de las circunstancias.
Igualmente pienso que la vía jurídica es fundamental en un estado de derecho, y matizo que ello no excluye la otra, la de las movilizaciones.
Sobre el último párrafo: creo que México no es el mismo de 1988. Hoy la sociedad está lista para la defensa de la voluntad social. Creo, que aunque tenemos un "andamiaje institucional para dar certidumbre a los procesos", hace faltan reformas imprescindibles como la de la publicidad electoral, y que no basta tener buenas leyes sino buenas personas al frente de dichas instituciones.
Así que, gracias por la paciencia.